La amenaza de muerte que dijo Oyarbide haber recibido a fines de la semana pasada, en el marco de su investigación contra los Schoklender, obligó a reforzar estrictamente el ingreso y todo el edificio de Comodoro Py 2002. Los uniformados requisaron incluso hasta las propias Madres de Plaza de Mayo que fueron a Tribunales. Por otra parte, el menor de los hermanos, Pablo, va conformando un equipo de abogados para afrontar la causa en su contra.
El ingreso a Comdoro Py 2002 se vio fuertemente custodiado por varios uniformados de la Policía Federal, quienes requisaron minuciosamente las pertenencias de todo aquel visitante, luego que el juez Norberto Oyarbide dijera haber sido víctima de amenazas de muerte desde que se hizo cargo de la investigación contra los Schoklender.
De la requisa, ni siquiera estuvieron exentas las Madres de Plaza de Mayo quienes se presentaron el lunes en Tribunales para ser tenidas como parte querellante en la causa.
A la mañana temprano, Oyarbide arribó a Tribunales con su habitual custodia, a cargo de Gendarmería Nacional, y detrás del automóvil en que era trasladado lo seguía se cerca otro vehículo de apoyo.
En la puerta, había una docena de policías que pedían a todo visitante, despojarse de sus pertenencias para pasar por el detector de metal ubicado en el ingreso, y en aquellos casos que la sonaba la alarma, los corrían a un costado y los revisaban minuciosamente, al igual que sus pertenencias.
No sólo allí se notó un abrupto refuerzo de seguridad, sino también en el tercer piso donde Oyarbide tiene su juzgado. Frente a su juzgado, en todo momento, había entre dos y tres policías que miraban de costado a todo aquel extraño que se acercaba.
En tanto, Pablo Schoklender, el menor de los hermanos, ya comenzó a conformar su equipo de abogados para hacerle frente a la causa que tramita en su contra, y en la cual ya se puso a disposición del juez.
Desde el comienzo de la causa, contrató los servicios de un abogado de un perfil bajo y que trabajó como empleado en el fuero penal económico y penal tributario. Se trata de Ramiro Rubinska, hijo de quien fuera presidente del Club Atlanta por varios años, José.
En los últimos días, Pablo Schoklender sumó a su equipo al conocido abogado Pablo Slominsqui, quien habitualmente recorre los pasillos de Comdoro Py y ha intervenido en varias causas de trascendencia pública.
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